El ladrillo de arcilla, uno de los materiales de construcción más antiguos y populares, se fabrica mediante la extracción de arcilla, su mezcla con agua y su moldeado en forma de ladrillos. Estos se secan al aire y luego se hornean para su uso. Este tipo de ladrillo se caracteriza por su resistencia y capacidad de aislamiento térmico, lo que lo hace ideal para mejorar la eficiencia energética de los edificios. A lo largo de la historia, el ladrillo ha dejado un legado arquitectónico impresionante, y hoy sigue siendo una opción popular por su durabilidad, resistencia y atractivo estético, siendo símbolo de construcciones duraderas y hermosas.
Fuente: ArchivoHistoricoCDFDZ



